Gran artículo sobre la poda sistemática, con interesantes declaraciones de Mariano Sánchez. Recomendamos su lectura.

Acabar con la poda sistemática, vital para conservar el pulmón de las ciudades

Diversos expertos, entre ellos el presidente de la AEA, Mariano Sánchez, piden poner fin a estas prácticas, que reducen la capacidad que tienen los árboles de absorber contaminantes del aire y limpiarlo. Advierten de que muchas administraciones lo hacen sin comprender los mecanismos naturales

Acabar con la poda sistemática e indiscriminada de árboles que por norma se establece en los concursos municipales es, según los expertos, vital para asegurar la buena gestión del arbolado urbano, sin cuya existencia la vida en las ciudades sería impracticable por la elevada contaminación. “Llevo años trabajando para que los concursos no contemplen podas sistemáticas en calles cada x años“. La poda debe ser selectiva y solo cortar cuando exista peligro real de que caída,comenta el jefe de la unidad de Arboricultura del Real Jardín BotánicoMariano Sánchez, que aboga también por plantar más separadamente para evitar tener que podar árboles porque se molestan o molestan.

Los árboles son el pulmón de la ciudad y muchos ayuntamientos no entienden que al meter la motorsierra “porque sí” se pierde la mitad de ese pulmón, pues las hojas son las que retienen los contaminantes, según Sánchez, codirector del Máster Arboricultura Urbana de la Universidad Complutense de Madrid. En España, a nivel general, no hay suficientes árboles para compensar la contaminación debido, principalmente, a que en política prima decir que van a plantarse miles cuando lo que de verdad importa no es el número, si no su calidad.

“Debería existir una ‘ley de arbolado nacional básica’, que establezca detalles sobre marcos de plantación y el fin de las podas sistemáticas”

“Las hojas más grandes son las que retienen más contaminantes”, ha subrayado Sánchez, que ha apuntado que, además, la falta de planificación hace que se plante sin dejar la suficiente separación entre los árboles, de forma que cuando crecen se molestan unos a otros o interfieren con el mobiliario urbano. Al podar y desaparecer la masa folial, no solo sube la contaminación, sino que, en los años siguientes se incrementan los niveles de alergénicos, pues la reacción del árbol al verse dañado es volver a florecer.

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