Contenidos de seminario web realizado por José Ramón Gómez el 13 de mayo de 2020.

Resumen

En la actualidad nadie pone en duda el importante papel que posee el árbol dentro de la ciudad como regulador del medio ambiente. Sin embargo, algunas acciones bienintencionadas, como el empleo masivo de ejemplares o una propuesta de localización de árboles sin un análisis previo del entorno, generan conflictos de compleja solución. Se hace necesaria una reflexión previa.

Pero los árboles también deben utilizarse como “mejoradores del paisaje”, optimizando el entorno urbano. El arbolado se convierte en un relevante protagonista; capaz de flexibilizar la ciudad, aumentar su diversidad estética, quebrar los trazos perpendiculares, potenciar el patrimonio cultural o introducir los ciclos naturales. En numerosas ocasiones el arbolado es sumiso a la ciudad, fomentando la propia rigidez de las calles y formando tristemente parte del mobiliario urbano.

Por ello, el árbol no debe ser un elemento más, su presencia supone un gran atractivo lo que implica una mejora del confort de las ciudades, engalanando las calles o subsanando agresiones del paisaje, independientemente de los citados beneficios medioambientales. Por todo ello, el arbolado deberá emplearse para algo más que enmarcar los viales, convirtiéndose además en un elemento clave para hacer más atractivas nuestras ciudades.