Uno no celebra 30 años de recorrido todos los días…, nadie se pegaría un tiro en el pie celebrando su cumple el mismo día que el de un colega arrebatador que levanta pasiones; vale la pena reseñarlo agradeciendo la presencia de los valientes que, con una sonrisa, se empeñaron en recorrer más de 1.000 km en menos de 24 horas para estar en ambos eventos, así que, coincidiendo con la Feria de Sevilla, ¡¡¡bien se merecen un Ole!!!
La ponencia de apertura del Ayuntamiento de Barcelona de la mano de Xavier Candela lo reveló todo…
Los lemas de los XX congresos #AEA recogen la evolución de la Arboricultura en España; en mi caso y en el de Miguel Ángel, desde Valencia, pasando por Madrid, Vitoria, Barcelona y Santander, hemos disfrutado en su organización. Desde sus comienzos, han sido lemas que han recogido inquietudes, cambios de perspectiva, nuevas iniciativas de mejora en torno a la forma de mirar al árbol, y en este último, juntos y desde diferentes perfiles profesionales, hemos alcanzado a entender que solo trabajando juntos, profesionales competentes de las diferentes ramas del urbanismo y la agronomía, conseguiremos aproximarnos a las ciudades que necesitamos.
Arrancamos con el fallo del primer ponente, que excusó su ausencia; ello nos permitió disponer de un tiempo extra al final del día en una mesa redonda abierta al público muy disfrutona.
Emotiva y trascendente resultó la mesa redonda que, conformada por presidentes, y moderada por Fanny Collado, puso en valor el origen de esta Asociación, disfrutando del pasado, evocando momentos y aciertos, personas relevantes y abordando los retos a los que nos enfrentamos.
Falló por 7 veces el puntero, poniendo a prueba los nervios y la improvisación de casi todos los ponentes.
Santander y la Magdalena nos regalaron un café y una comida de networking de jueves en un maravilloso día y en un escenario incomparable, que se ensombreció el viernes y nos recordó que habíamos venido al Norte.
No fue el congreso de “la gamba”, bajo el lema “La #AEA vela por tu silueta, pero no tanto…”, el casi-ayuno no fue voluntario, todos nos quedamos cortos en la sensación de un catering justito que prometemos mejorar en futuros congresos.
Paco Calvo apareció en una ventanita que nos dejó con ganas de más de esos 10 minutos que fueron un tesoro, pese a su lumbalgia, demostrándonos que Mariano lo consigue casi todo.
La nueva mesa de la tarde, nos dejó sin tiempo para un cierre reposado. Aprovecho este reporte para recoger el testimonio de muchos de vosotros, que nos habéis trasladado el nivel top de conocimiento, con ponentes apasionados, en un evento con sello #AEA que se perfila por fin sin familias, cohesionado, maduro, sin egos ni personalismos, como un grupo de profesionales comprometidos con el árbol.
Agradecer a todos, patrocinadores, asistentes, ponentes, miembros presentes y anteriores junta y secretaría, Ayuntamiento de Santander y Palacio de la Magadalena, y equipo Mitumi y voluntarios.
Algunos de nosotros nos vamos, comprendiendo que solo hemos sido testigo y relevo de otros colegas que antes sembraron este árbol que prospera, con la confianza que seguirá su camino con el listón bien arriba y con gente comprometida.
En el mensaje en la botella que os dejamos en la bolsa, y que encontrareis en la librería on line os acompañamos una maravillosa frase de Octavio Paz, en Piedra de toque: El mundo cambia si dos se miran y se reconocen, no lo perdáis de vista, ya que tras 30 años de #Árboles, somos cómplices de mucho, nos vemos en otros 30, ¿Te imaginas?
Inma Gascón, vicepresidenta de la AEA
Pequeño resumen en imágenes: